«Este dato fue revelado en una investigación realizada por la Universidad de Carolina del Norte. ¿Se puede tener un hijo sin tener sexo? La verdad detrás del misterio de las vírgenes madres.»
Así dicen, literalmente, el título y el copete de la noticia publicada por Clarín en su blog «Entre mujeres». Con semejante título y promesa de desvelamiento de una verdad con tantas ramificaciones, ¿quién no lo leería?
Pues, a leerlo. Copio:
Una de cada doscientas jóvenes estadounidenses declara haber quedado embarazada a pesar de ser aún virgen, según un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ).La investigación fue realizada por la Universidad de Carolina del Norte y, sobre un total de 7.870 mujeres que participaron en un estudio a nivel nacional de larga duración (1995-2009) y confidencial, 45 de ellas (el 0,5%,) asegura haber concebido sin el menor contacto sexual ni penetración vaginal.Además, ninguna señaló haber recurrido a algún tipo de asistencia médica para la procreación, esto es, inseminación artificial o fecundación “in vitro”.Casi un tercio de estás mujeres que afirman haber quedado embarazadas antes de su estreno sexual hicieron voto de castidad antes del matrimonio (31%), algo muy común entre los cristianos conservadores.Los resultados se apoyan en las respuestas a una serie de preguntas sobre el historial de sus embarazos y los comienzos de sus relaciones sexuales, aunque no se les preguntó directamente a las participantes si eran vírgenes en el momento de quedar encintas.A pesar de todas las precauciones tomadas por los encuestadores, no se descarta una posible falta de comprensión de las preguntas en algunos casos, admiten los autores del estudio.Por otra parte, "hace algunas semanas intentamos verificar si este fenómeno se limita sólo a las mujeres", indicó Amy Herring, docente de la universidad y líder de este trabajo. "Encontramos también algunos padres 'vírgenes', algo que es aún más difícil de comprender", dijo con una sonrisa.“Estos resultados sacan a luz algunas cuestiones relativas a la educación sexual pero, sobre todo, hablan de la dificultad para obtener datos precisos sobre la vida sexual de los jóvenes”, concluyó la experta.
y si la experta lo dice... ahora bien, podrían ahorrarnos la sandez de título, que casi da vergüenza ajena.
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