La verdad es que no sé si entiendo las objeciones, ya me corregirá Hernán en un comentario si no es así. Dice:
No se confunde (desde el primer párrafo) "no-verificable" con "contrario a la experiencia"?
La resurrección es, desde un punto de vista, una experiencia, y desde otro punto de vista, es falsable.
En el contexto de la "falsabilidad", una afirmación se tiene por científica si 1) es (en principio) falsable 2) no ha sido (de hecho) falseada.
Así, la frase
"la no-falsabilidad de la religión tiene que ver con su extrema variabilidad. No puede falsearse, pero cambia tanto, que en la práctica su propio desarrollo es una autofalsación."
me resulta oscura, porque parece confundir las dos partes, y porque las afirmaciones ("no puede falsarse") no sé en qué medida las hacés tuyas; cómo se diferencia esa "autofalsación" de una autorefutación por contradicción? Cómo se concilia variabilidad con identidad?
"eso también son credenda de una época, en la medida en que la fe los percibe como ligados indisolublemente a su Credo"
Pero, de nuevo, no me queda claro si estás criticando esa perpepción. (si sólo estás señalando dificultades, aporías y paradojas en suspenso, perfecto, pero como al final rechazás explicitamente la solución inmovilista... )
Yo lo separé en tres cuestiones, pero creo que también podía ser separado en dos (y por tanto pensado de otro modo)
«La resurrección es, desde un punto de vista, una experiencia, y desde otro punto de vista, es falsable.»
¿Desde qué punto de vista consideras la resurrección una experiencia? ningún ser humano ha vivido en primera persona una, y el único que la ha vivido, no mostró ese momento. Hay una "experiencia del Resucitado" pero no de la resurrección, de la que nadie es testigo directo, todos lo son de la tumba vacía y del Resucitado; y para complicar la cosa, la "experiencia del Resucitado" es condicional a que se les revele, y se les revela bajo condiciones que tienen que ver con una manifestación de fe de ellos, o sea que no es una experiencia en el sentido científico del término (objetividad, imparcialidad).
Eso no significa que no sea posible, pero de serlo, lo es en una dimensión de la materia de la que no tenemos experiencia directa. Podemos postular que la materia es multidimensional, y con las teorías cuánticas podemos asomar la nariz a unos planos de existencia material que se escapan a la experiencia material clásica. En ellos podrían quizás ocurrir estas realidades, pero no podemos decir que tengamos experiencia de ello.
«"la no-falsabilidad de la religión tiene que ver con su extrema variabilidad. No puede falsearse, pero cambia tanto, que en la práctica su propio desarrollo es una autofalsación."
me resulta oscura, porque parece confundir las dos partes, y porque las afirmaciones ("no puede falsarse") no sé en qué medida las hacés tuyas; cómo se diferencia esa "autofalsación" de una autorefutación por contradicción? Cómo se concilia variabilidad con identidad?»
Mi párrafo tiene un punto de ironía, y ciertamente que lo de "autofalsación" es sólo llevar al extremo la cosa. Pero sí, hago mía la idea de que la religión no puede falsarse, a costa de su variabilidad: las afirmaciones individuales de la fe pueden falsarse, y cuando de hecho son falsadas, la fe las abandona y acepta otras formulaciones para los mismos temas. El tema-testigo de esto es la creación, claro, cómo no.
Esto no sería nada extraño: la ciencia hace lo mismo, cambiando de paradigma teórico. Lo insólito es que nosotros decimos que es la misma fe, y no que es otra1.
¿Cómo se concilia variabilidad con identidad?
No lo sé, lo he preguntado en el escrito, pero no lo he respondido, porque no lo sé. Esa pregunta forma parte de las cosas vitales que me pregunto.
Estoy seguro que nuestra fe es apostólica, y también estoy seguro que en ni un solo tema creemos lo mismo que creyeron los apóstoles, lo Mismo, pero no lo mismo, para usar el jueguito tan caro a mis antecedentes existencialistas...
Sobre eso Ricoeur tiene una frase, que estoy esperando tener de nuevo un artículo que perdí ( :-) ) para retomarlo, la frase dice: "la idea de que la Iglesia se pierde en el mundo encierra un contrasentido, porque si se pierde, no queda nada que perder". Para mí, tiene mucho que ver con esto de la variabilidad y la identidad. Quizás para eso está el Magisterio infalible, para arbitrar aquello que pertenece a la identidad, y de qué modo pertenece. No para que no cambie, sino para decir: "este cambio es identitable, este no".
En definitiva, la continuidad/identidad de la fe cristiana la hace el Espíritu Santo, ni nosotros, ni nuestras fórmulas, ni nuestra lingüística.
Pero bueno, son temas extremadamente discutibles, que ni por asomo creo agotar en ninguna de estas precisiones.
«"eso también son credenda de una época, en la medida en que la fe los percibe como ligados indisolublemente a su Credo" Pero, de nuevo, no me queda claro si estás criticando esa percepción. (si sólo estás señalando dificultades, aporías y paradojas en suspenso, perfecto, pero como al final rechazás explicitamente la solución inmovilista... )»
En principio, estoy señalando dificultades, sin negarme a verlas. Yo no puedo criticar que la gente (yo también) ponga cosas en el Credo que no están en el Credo. A algunos se les va mucho la mano con lo que ponen, desde los zapatitos rojos del papa a las píldoras anticonceptivas, otros somos menos "credosos"; sólo quería señalar que los límites de los credenda no son nunca sencillos. Muchas cosas se perciben como ligadas inmóvilmente a la fe, y a la vez esas mismas cosas cambian, todo el tiempo.
No tengo una respuesta más allá de la fórmula que cité de Romanos 10,10, sobre el corazón y la boca, tomados en el sentido de la actitud vital y la fórmula.
Rechazo el inmovilismo, claro, y lo rechazo por completo, pero también la idea de que no hay nada que nos una a la iglesia apostólica fuera de un conjunto formal y vacío de fórmulas. Entre uno y otro está la cosa, pero yo no sé cómo articularlo. Tiene que ver con esto que dice Romanos de "con el corazón se cree", si le quitamos el tinte individualista con el que podría ser recibido: no es el individuo sino el nuevo Adán el que cree con el corazón.
Mientras tanto, a lo que iba el artículo: nuestro lenguaje es terreno abonado a toda clase de locura, tal vez sea esencialmente así.
1 Lo único parecido en el mundo de la ciencia es la fe evolucionista, que no cree en absolutamente nada tal como lo postuló Darwin, no ha quedado en pie nada de su paradigma teórico, pero por esas cosas de los científicos, lo siguen llamando "evolucionismo" y siguen diciendo que son herederos de Darwin. Se trata, a mi entender, de una fe a caballo de una ciencia, y en el aspecto de fe, funciona como una fe... :-)
Soy consciente que debería fundamentar esto que digo, y no tirarlo como si fuera dato sabido, pero confío en que sí es dato sabido el cambio completo de paradigma entre el evolucionismo darwiniano y el "evolucionismo" actual. Una muy buena crítica del lenguaje evolucionista hecha desde adentro (no tiene nada que ver con las críticas que solapadamente quieren reintroducir modelos creacionistas) es la obra «La interpretación de los fósiles», de Roger Lewin. Pero bueno, no me quiero ir tanto de tema.