viernes, 18 de octubre de 2013

Caminos

Francisco que borda cuestiones interesantes sobre la idea, y yo que tengo interés en este tema y ganas de escribir (lo que no siempre ocurre). Una mezcla explosiva, así que allí vamos con otra cuestión surgida de este post. En realidad hay que aclarar: la respuesta de Francisco comprende dos planteos, naturalmente cercanos entre sí, pero creo yo que separables. Como el segundo no me termina de quedar claro, mientras espero una aclaración trataré en este post sólo del primero.

Afirmas que "el criterio del Evangelio no es escoger un acta fundacional, una "constitución", y ser coherentes con esa letra..."
Después afirmas que la Palabra de Dios entrega un designio creatural que incluye "un ideal de matrimonio heterosexual, monógamo e indisoluble"
A mi me parece que ese designio creatural hace las veces de constitución.

Es verdad que muchas veces se presenta el "plan de Dios sobre el hombre" como una especie de camino trazado de antemano, que el hombre está obligado a recorrer, si quiere ser santo; en este plan de Dios (que tiene sus componentes para toda la humanidad, y sus aspectos designados sólo para mí, mi "vocación personal") entraría como uno de sus momentos esenciales el designio creatural.
Eso no es otra cosa, creo yo, que reeditar la vieja fórmula de la salvación por la ley, desechada por san Pablo, y con él por  la fe cristiana, que no entendió la solución paulina como una mera "idea de escuela", contrapuesta a otras posibles. ¿Qué rechaza san Pablo cuando rechaza la "salvación por la ley"? En definitiva lo que rechaza es que la llave de la salvación esté en manos del hombre: si cumplo, me salvo, si no, me pierdo. Si realizo "el plan"...
A eso me refería cuando decía que el criterio no es escoger una constitución o un acta fundacional, al modo como en nuestras democracias formales se llama "justo" a lo que cumple con la constitución, aunque sea ella misma un semillero de injusticia.

Transcribo lo que escribí en otro sitio acerca del "plan de Dios":
«Todo lo que decimos de Dios debe pasarse por el registro de lo paterno para poder entenderlo mejor. Incluso aunque la paternidad humana es limitada y no está exenta de egoísmo, es quizás la relación humana de mayor autodonación y gratuidad (cuando digo "paternidad" me refiero a los dos complementarios, padre y madre: también la Biblia habla de Dios en los dos términos, por ejemplo Isaías 66,13, Oseas 11).
Todo padre tiene un plan para sus hijos, pero ese plan no es el de una arquitectura cerrada, donde el hijo se limita a ejecutarlo. En sentido paterno, tener un plan es abrir un ámbito protectivo donde el hijo, a través de su propia libertad y con el uso de sus propias facultades, va realizándose a sí mismo, y abriéndose a los demás, descubriendo la verdad de los propios deseos e inclinaciones.
El plan de Dios sobre cada uno de nosotros, sobre la humanidad en conjunto y sobre la entera creación, es el plan propio de un Padre, no de un arquitecto: somos nosotros los actores de ese plan, es decir, los que nos movemos en el ámbito protectivo de su providencia y bondad, y vamos descubriendo, en diálogo con él, la verdad de nosotros mismos, y cómo realizar eso que en el fondo somos: seres de amor.» (el original de este texto, aquí, preg. 10)

Cuando hablo de un "designio creatural" vinculado a la matrimonialidad en la diferencia (heterosexual), la promoción del "alter" a su entera dignidad (monógamo) y la fidelidad al propio camino trazado (indisoluble), lo entiendo en este sentido de un ámbito protectivo y dialógico en el que el hombre podrá descubrirse a sí mismo en reclamos verdaderamente limítrofes; sobre todo la comprensión y acogida en mi interior de un otro que me es totalmente otro, casi como un Dios (¿no resuena aquí la frase de san Pablo: el casado se preocupa de cómo agradar a su mujer, y lo mismo la mujer, de cómo agradar al marido? entendido de manera positiva, sin el deje dualista con el que puede leerse ese pasaje paulino, 1Cor 7,32-35). Yo creo que el reclamo de este tipo de matrimonialidad "trascendente" está presente siempre, en toda pareja, incluyendo en parejas homosexuales.

Otra cosa es si todos pueden con ello, y sobre todo, si las instituciones sólo tienen que reflejar el ideal, o pueden atender a situaciones más diversas y menos ideales, pero acordes a la pesada carga de la existencia en este mundo. Si me preguntas por ello, te diré que cualquier concreción institucional del matrimonio como designio creatural se queda tan corta, resulta tan lejana al sentido de esa matrimonialidad, que pienso que da juego para el surgimiento de otras formas de relación, formales o informales.

Estaba releyendo -a propósito de un post de ayer- un capítulo de esa magnífica obra de von Balthasar, «La verdad es sinfónica», el que se refiere al pluralismo en la ética (pág 73ss), y te lo recomiendo porque plantea muy bien el dilema a resolver en una ética que tiene que atender a la vez el ideal de perfeccción abierto en el designio creatural del hombre, y la acogida de todos (justos y pecadores), sobre la base de un mismo y único mandamiento (trascendente) del amor. Von Balthasar rechaza dividir la ética en una para "los perfectos", y una para "los pecadores", pero finalmente no termina más que presentando los términos del problema.

Pienso que la cuestión fundamental es no partir de la ética, sino de una pragmática: aceptemos que las instituciones no expresan propiamente la verdad de las cosas, apenas si la reflejan... a veces... Quizás las instituciones cristianas, en vez de ser propuestas y vividas como manifestación del ideal, podrían (¿y deberían?) ser propuestas como expresiones de ese ámbito protectivo paterno en el cual Dios Padre nos llama a realizar su verdad en la medida de las posibilidades de cada uno, y acorde con el ideal aceptado por la comunidad, en diálogo con lo que a cada paso la conciencia del hombre encuentra como adecuado y posible para sí.

El juicio sólo pertenece a Dios. La salvación también.

11 comentarios:

  1. Las dos partes de mi comentario sí están ligadas.
    Creo entender el dichoso designio creatural:
    El matrimonio heterosexual, indisoluble y monógamo es el entorno diseñado por Dios Padre para suscitar las mejores manifestaciones de amor entre los hombres. Esta doctrina no es para ser cumplida en la letra, sino en la medida en que se verifique el amor. No obstante, su meta es insalvable, infinitamente lejana, por lo que en la práctica las uniones heterosexual y homosexual están relativamente en la misma categoría, a la misma infinita distancia del ideal.
    Esto suena bien y tiene el encanto de las matemáticas, pero eso no significa que sea verdad. No tengo razones para creerlo y menos a la luz del Evangelio, ya que al plantearlo como artículo de fe (una constitución unilateral), por muy relativa que sea, por mucho juego que dé, apartas esta doctrina de las enseñanzas de Jesús, quien siempre se dirige a la conciencia y discernimiento de sus oyentes, señalando la participación y ejemplo del Padre ya sea en el cielo, en la naturaleza o a través de su encarnación. "Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que esta en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos" "Sed perfectos, cómo vuestro Padre celestial es perfecto".
    Por otra parte, nadie nos mandó a escrutar de este modo el plan de Dios, porque éste obviamente no es una fórmula, excede nuestra capacidad y nuestro lenguaje. Buscar el Reino de Dios es cumplir sus mandamientos. ¿No es ésta la auténtica vía de acceso al plan de Dios? Jesús sólo nos entregó algunas imágenes poéticas del Reino de Dios...¿Para que se hace necesario reformularlo en prosa? ¿Para no desperdiciar al estagirita, al aquinate y a tantos hombres nobles?

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    1. «Esto suena bien y tiene el encanto de las matemáticas, pero eso no significa que sea verdad.»
      Jajajajaja, me gustó mucho esa formulación.
      En realidad lo que tiene el encanto de las matemáticas es la reapropiación que haces de lo que yo dije. Yo no hable de distancias infinitas, equidistancias, ni nada de eso. No te digo que esté mal leerlo así, tienes todo el derecho de reapropiarte de lo que digo "ad modum recipientis"...
      Ahora bien, ¿quién nos manda escrutar el plan de Dios? yo creo que Dios mismo, pero bueno, en todo caso, aunque no lo hubiera mandado, sus discípulos lo han hecho desde el instante 1. Los mismo evangelios no se limitan a ser una plasmación extática de la poética de Jesús, sino que se la reapropian, seleccionan, arguyen, e incluso modifican acorde con las necesidades vitales que están atravesando. Basta comparar el severo "mandamiento" de la indisolubilidad matrimonial, tal como lo redactan Mateo (dos veces: 5,32 y 19,7ss, las dos con excepción), Marcos (10,11, contempla el divorcio de los dos sexos, a lo helenista, no sólo del varón, a lo judío), Lucas (16,8, semejante a Mateo sin cláusula exceptiva), y en Juan, que no figura (pese a que fue un tema evidentemente importante para Jesús); también san Pablo (que es anterior en el tiempo a los evangelios) se hace eco de esa enseñanza de Jesús, pero a su manera, con una cláusula exceptiva distinta de la de Mateo (1Cor 7).
      Casi para cada punto de la doctrina de Jesús (si no es que tenemos que abandonar definitivamente la idea de que Jesús tuvo una "doctrina"), la generación apostólica se la ha reapropiado con acentos propios de las diversas comunidades que iban integrándose y formando la Iglesia... no podía ser de otra manera.
      Es muy linda la visión de que Jesús poetizó, y nosotros estamos llamados a meternos extáticamente en el círculo de su poética... pero eso sólo funcionaría bien en sectas gnósticas, no en una comprensión encarnada del hombre, en la que tenemos que habérnoslas con una vida cotidiana, donde hay instituciones, compromisos, intercambios de lenguaje, unos que piensan que las cosas son así, y otros que las piensan asá. No somos mónadas, sino seres de lenguaje que interactúan, y esas interacciones producen unas realidades institucionales (matrimonios, filiaciones, clanes) que tarde o temprano, te guste o no, generan consecuencias que perduran, que son a su vez realidades encarnadas.
      La idea que traes sobre la poética de Jesús me resulta tan descarnada (aunque con resultados opuestos) como la de los fundamentalistas que creen que cada palabra de los evangelios es un mp3 de la predicación de Jesús. Y ya sabes: «Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios» (1Jn 4,2)

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    2. Me gusta lo de Francisco, y creo que es valiosa (aunque sea como objeción) esa presunta "apropiación" (maximalista por un lado y minimalista por otro). Por la lado maximalista, habría que ver el grado de validez de la asimilación "Dios tiene un designio creatural (etc)" con "Dios quiere el matrimonio sea así y asá" y con "Dios nos manda que el matrimonio sea así y asá". Por el lado minimalista, habría quepor un "voy plantear si la duda sobre si "las instituciones sólo tienen que reflejar el ideal" y lo que sigue no abre las puertas a imaginar una "distancia infinita" (muy cómoda; casi tanto como mis "habría que") que relega el ideal a un cielo platónico. Aparte, las tres características del supuesto designio (heterosexual, monógamo, indisoluble), por más que (me) suenen bien, pueden ser sospechadas de artificiales, al menos si uno las toma como "deducciones".

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    3. El ideal no queda necesariamente en un cielo lejanísimo, son "demandas utópicas" (expresión de Ricoeur que me gusta), que actúan como motor, por atracción.
      En cuanto a las tres características, no las entiendo como deducciones trascendentales al estilo kantiano, puramente formales, y desde luego, no provenientes de ninguna "ley natural": el reclamo de Jesús en la cuestión matrimonial está ahí, es una exigencia vinculada al origen (en el principio era así), pero que contempla también las condiciones de la existencia (por la dureza de vuestros corazones, Moisés os permitió; lo que abre la puerta a que por la dureza de nuestros corazones también se nos permita).

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    4. Pensando... (100% completado)
      Redactando... (100% completado)
      Solicitando nihil obstat...
      Nihil obstat denegado

      Intento decirte dos cosas: 1. Que el designio creatural que sostienes acerca del matrimonio no es coherente con las enseñanzas de Jesús y que 2. ninguna racionalización del plan de Dios como un corpus doctrinal derivado de las Escrituras y paralelo a éstas es posible, y ni hablar de vinculante.
      1. Aprovecho el mismo episodio acerca de la indisolubilidad: aquí la institución del matrimonio es abordada en su variante judía sancionada por Moisés: poco equitativa en sus derechos y deberes. Para homologarlo al código del Reino entregado en el sermón de la montaña, Jesús debe relativizar a Moisés y sólo con este fin se sirve del relato del génesis, texto que para sus oyentes aparentemente tiene preeminencia. En todas las versiones se condena el abandono por parte del esposo "para casarse con otra", claramente en razón del perjuicio que sufriría la esposa despedida (y viceversa en Marcos) . En el fondo, Jesús no prescribe la indisolubilidad matrimonial como designio creatural de Dios, sino que restablece la dignidad de la mujer y desautoriza la disolución por motivos egoístas o "machistas". En el caso de un matrimonio desecho inexorablemente, se comprende por un mínimo de respeto que los votos ya no obligan (por eso el mandamiento nuevo de no jurar).
      Y es que toda la enseñanza de Jesús supone y va fortaleciendo la capacidad del hombre, como hijo de Dios, de discernir por sí mismo, en su conciencia, la voluntad del Padre para así ya no actuar por obediencia, sino por participación; no inquiriendo un velado plan de Dios, sino como "ipse Christus".
      De otra manera tendríamos que aceptar el designio creatural de Pablo: "En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre. Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre. He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles."(1co 11,7ss)
      Cualquier designio creatural que repugne a la conciencia, como éste o la superioridad del matrimonio heterosexual por sobre una unión homosexual, aunque se refiera a "ámbitos protectivos" o se mantenga deliberadamente flotando en su formulación aparentemente sin consecuencias, debemos rechazarlo, porque finalmente ese pensamiento aterriza por donde puede y aflora, por ejemplo, en un escrúpulo que debilita a la hora de atajar firmemente a una catequista loca. ;)
      2. Me tachas de sectario y de gnóstico ;) pues bien... ¡gnóstico serás tú!
      La gnosis cristiana, al igual que la Cábala, es un desglose racional, minucioso y tardío, capaz de explicitar referencias que subyacen en el lenguaje sagrado de las Escrituras. El estudioso deviene sujeto receptor, no participante.
      "Las grandes experiencias de que dan cuenta los escritos bíblicos pertenecen a un pasado irrecuperable, al cual el estudioso aplica una racionalidad exegética, formulando con ella una doctrina derivada, la cual, si se pierde el sentido de las proporciones, puede llegar a ser considerada como más preciosa que el texto sagrado mismo. Por eso resulta inaceptable que los caballistas digan que la Cábala es la vestidura de gloria de la Torah"
      (Gastón Soublette, "Rostro de hombre", cap. IX http://books.google.cl/books?id=5aUt9nb53u4C&pg=PA49&lpg=PA51&focus=viewport&hl=es&output=html_text ) (¡Recomendable!)
      No hace falta comprobar esta tendencia en los escrutadores del "plan de Dios", puesto que llaman de este modo vinculante a sus especulaciones privadas y exigen adhesión. A confesión de las partes, relevo de pruebas.

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    5. Entendido (creo) tu mensaje. Ahora bien, lo primero es que me parece que las dos partes están invertidas, es decir: ¿por qué afirmas que ... no es compatible con las enseñanzas de Jesús? Más bien parece una cuestión de principio: no es compatible (parte 1) porque no es posible ninguna racionalización... etc (parte 2).
      Porque en realidad, si vamos a tu explicación del punto 1, no termino de entender por medio de qué fuente revelatoria has entrado en la conciencia de Jesús para poder saltarte la letra de los evangelios, donde él fundamenta su rechazo al divorcio en la condición creatural, y afirmar que eso lo hace sólo ("sólo para este fin...") para relativizar a Moisés.
      Todos nos la pasamos entrando en las intenciones de los demás (y de Jesús), pero no sé, saltarse así la letra, que es el único vínculo que tenemos con la predicación histórica de Jesús.... digamos: si Jesús quería relativizar a Moisés lo tenía muchísimo más fácil, bastaba con mostrar que en realidad el "precepto" de Moisés no era una obligación sino sólo una permisión (como hace en Mt 19), de ninguna manera hacía falta el recurso al origen para poder relativizar a Moisés; si recurre, es porque en ese recurso hay un exceso de sentido que no se agota en tu analisis de la conciencia predicante de Jesús.
      De todos modos, la asociación entre la toma de posición antidivorcista de Jesús y la cuestión de Moisés sólo aparece del todo explícita como confrontación en Mt 5, la otra cita de Mateo (19) y Marcos no hacen una confrontación dialéctica (de tipo o él o yo) con Moisés, al contrario, trata de explicar el precepto de Moisés conjungándolo con su propia posición antidivorcista; y en Lucas y Pablo la relación de la postura antidivorcista con Moisés ni aparece, lo que muestra que puede ser simplemente un desarrollo secundario de la tradición. Te has detenido sólo en Mateo 5, cuando lo que Jesús dice excede con mucho ese contexto polémico con Moisés, que posiblemente se lo debemos más a Mateo que a Jesús.
      En cuanto a la gnosis: mi única observación al respecto es la falta de "carne" de tu apropiación de la doctrina de Jesús. Si eso implica o no que tú eres gnóstico, no lo sé yo. Por lo pronto, lo que dice el interesante texto que citas (y que aun no he leído in extenso) parece aplicarse más bien a apropiaciones maximalistas del texto sacro ("si se pierde el sentido de las proporciones"), que terminan reemplazándolo. Parece que tú has hecho, a tu vez, una interpretación maximalista de este autor, y te sirve para rechazar por principio cualquier apropiación del texto sacro, porque ¿de dónde sacas tú que los "escrutadores del plan de Dios" (se supone que la cosa me cabe a mí, por ejemplo) llamamos vinculante y exigimos adhesión a nuestras especulaciones puramente privadas? Por mi parte, en este escrito y en otros, suelo ser bastante comedido -hasta el hartazgo quizás en el uso de "me parece", "creo que", "opino que"- en mis opiniones, de nunca presentarlas más que como lo que son: opiniones
      ¿Tal vez lo único posible frente al texto sacro es repetir lo que dice, sin que genere nada, ninguna institución, ninguna tradición, ninguna comprensión fuera de las palabras mismas, acotadas a su superficie in-significante?

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    6. Bueno, yo no creo pasar a llevar la letra, la clave del pasaje es el complemento "y se casa con otra".
      A tu última pregunta, me gusta la idea de una escuela del cristianismo similar a la tradición taoísta, que influye o infiltra al mundo de un modo suave pero persistente, con grandes hombres como Chuang-tse, quien vendría a ser cómo el Francisco de Asís del taoísmo, y sí, sin instituciones.
      Me costó mucho elaborar mi respuesta anterior, este ha sido un gran ejercicio y te agradezco tus réplicas, pero terminemos por ahora.

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    7. Muchísimas gracias por tu aporte a este diálogo; aunque te haya costado redactar la respuesta, ha sido importante para clarificar la lectura de la cuestión.
      En un aspecto confluimos, y es en la gran importancia de influencia que grandes hombres pueden ejercer en el mundo, no por la doctrina, ni siquiera propiamente con el ejemplo, sino (así lo diría Ricoeur y la expresión me gusta) "por la demanda utópìca ejercida sobre lo posible y lo razonable".
      Un saludo

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  2. Pensando... (66% completado)

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