domingo, 24 de noviembre de 2013

Así no



Perdonen mis (dos o tres) lectores por las imágenes fuertes. No son mi costumbre, y estoy en completo desacuerdo con imágenes como esta para promocionar cualquier cosa: el no al aborto o la fe cristiana, o lo que sea. Lamento mucho haber nacido en una época donde los que se supone que razonan, consideran que los demás, la gente más sensitiva, se sentirá motivada por esto, y por tanto es lo que le dan. En realidad razonan igual que los productores de TV, que no consumen mierda, pero piensan "la mierda vende más", entonces dan sólo mierda, y puesto que no hay ninguna otra cosa para consumir, la gente consume mierda.

A eso yo lo identifico con el espíritu mundano, y me parece indecente que gente cristiana utilice esas imágenes para decir "no al aborto", aunque lo digan en nombre de los derechos humanos y no de la fe, porque aunque se sitúen en el plano de la "ley natural", siguen siendo gente de fe, que debería llevar al mundo su mirada sobre el hombre, una mirada formada en la fe, una mirada capaz de ver y de enseñar a ver en el hombre algo más que el "simio humano".

También considero indecente la película The Passion, por el mismo motivo. Me da igual que el papa de ese momento haya dicho "es como fue" (luego parece que no lo dijo, pero es lo mismo): la película The Passion no "es como fue", la película The Passion es una representación en clave carnicera y brutal de lo que los evangelios cuentan que fue. ¿Hace falta que copie los textos de las cuatro pasiones para que se vea hasta qué punto está totalmente fuera de los relatos esa película?

¿Y que me meto yo ahora con esa olvidable película? Pues que el cartel que puse arriba dice que se justifica poner imágenes carniceras para hablar de la intangibilidad de la vida, porque Jesús usó el mismo procedimiento. Pero es falso: la imagen que traen es de una película, una película que ciertamente en la mente de algunos es casi como un evangelio, pero que afortunadamente no forma parte de los evangelios, y en muchos aspectos (por ejemplo en la figura vindicativa y brutal de un Dios que manda un cuervo a picar el ojo a un mal ladrón) es ajena y contraria al Evangelio, los evangelios no cuentan así la pasión.

Yo estoy contra el aborto, no sé si hace falta aclararlo, pero nunca aceptaré el uso de imágenes brutales y carniceras para hablar del aborto: el relato es la cosa en sí, lo que contamos es lo que creemos. Contar la intangibilidad de la vida equiparando el nasciturus a un hato de céluas sanguinolentas, al feto de simio, dice que nosotros creemos que el ser humano es un hato de células sanguinolentas, un feto de simio, de los cuales unos se empeñan en eliminar y otros en conservar, pero con esas imágenes están diciendo exactamente lo mismo que el pretendidamente adversario.

¿Cuál es la diferencia entre las Femen diciendo "el aborto es sagrado" y un "provida" llamando vida humana a un hato de células sanguinolentas? Exactamente ninguna.

4 comentarios:

  1. Creo que el problema no reside en que se reduzca o se centre la atención de la protesta en la cuestión puramente biológica, o carnal, pues al fin al cabo carne somos; tampoco creo que sea el meollo del asunto el mal gusto, o la dureza de las imágenes, aunque sí nos encaminen al mismo.

    Pienso que el problema de buena parte del movimiento provida y también de los católicos en general (activos o espectadores) es que nuestra rabia acaba derivándose hacia la exaltación de la crueldad del abortista o de la que aborta (pasándo a segundo lugar la salvación de la vida de una criatura), olvidándonos de dos cosas:

    1) en un aborto, seguramente nuestra culpa es similar o incluso mayor que la de los abortistas o de las que abortan (por aquello que decía Bloy de que los crímenes son las flores que abona la podredumbre de una sociedad al completo) y

    2) en una situación tal como la de la que aborta, seguramente haríamos lo mismo (también Bloy, citando a un sacerdote, decía que el que se crea incapaz de cometer un crimen, incluso el más horrendo, no es cristiano).

    En definitiva, creo que el movimiento antiabortista, por lo menos el más mediático, padece la enfermedad del "yo bueno y tú malo", del partidismo sin misericordia que infecta toda nuestra sociedad.

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    1. Si, haces bien en destacarlo, el problema no está en las imágenes groseramente carnales en sí mismas, sino en que representan una rabia, y la adopción de los códigos de "adversario" (¿quieren carne? tomen carne!), que son precisamente emergencia de esa misma rabia (el mundo no legislaría a favor del aborto si no estuviera lleno de rabia hacia el hecho de ser humanos).

      La rabia es posiblemente el signo más elocuente de esta época en lo que tiene de un fin de era (qué notable que se llame así - La rabbia - un film poco conocido de Passolini, del 63, donde precisamente "documenta" la angustia de nuestra época). Lo más paradójico es que dentro de esa rabia cultural, los más rabiosos terminamos siendo los católicos, los que se supone que sabemos que el hombre no es "solo carne", y que la historia está cargada de esperanza.

      Personalmente estoy persuadido de que el 90% de los católicos comprometidos en la lucha provida lo hacen no sólo con buena intención, sino con auténtica piedad, pero es propio de nuestra época confundir "salvar" con "mantener con vida", así que si "salvar al bebé" es "mantenerlo con vida", es lógico que cualquier medio valga, incluyendo estas carnicerías visuales, si consiguen que la madre "no lo mate".

      Si por un segundo se pararan a pensar que el bien, la verdad, y por tanto el triunfo están del lado de la vida, se impondrían un límite en los medios, y aceptarían sólo medios que eleven al hombre, sabiendo que si el bebé se vive, se salva, y si muere, también se salva, y si la madre se convierte, se salva, y si lo mata, entra en el campo de la misericordia, y a la larga también se salva (cada uno de nosotros es un exponente de cuán larga puede ser la mano de la misericordia).

      A "los de enfrente" no les queda más remedio que acudir a medios extremos y chocantes, nosotros podríamos ser mucho más humanos, y que nuestra lucha fuera de por sí expresión de la clase de humanidad que deseamos experimentar. El medio es el mensaje, el lenguaje es la cosa en sí.

      Si yo fuera feto y viera que los que defienden mi vida lo hacen con esas imágenes, firmaría a favor de que me aborten: no quiero vivir en un mundo donde lo buenos están tan llenos de rabia.

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  2. Related: http://www.patheos.com/blogs/badcatholic/2013/11/the-auschwitz-conflation.html

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    1. Mucho mejor dicho que mi escrito, pero lo mío iba hacia ese lado.
      Y fíjate que el argumento de The Passion, que impúdicamente la imagen de arriba explota, es ese: «¿ves cuánta sangre derramó? muuucha, muchísima más que los demás, cómo le dolió, ¡cuán Dios era!»
      Me gustó muchísimo la distinción que hace el artículo de tener las imágenes como "pruebas", pero no como "argumentos". Una cosa es que alguien diga que el feto no sufre, y entonces bien está que se puede mostrar un video de un aborto, siempre guardando el decoro y el respeto que se debe A ESA PERSONA que fue muerta, y otra es convertirlo en carne impúdicamente exhibida, para hacer "más sensible el argumento"
      Muchas gracias por el aporte

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