lunes, 25 de noviembre de 2013

Inventos

Se hacen en Roma permanentemente interesantes encuentros de estudio sobre temas de la cultura contemporánea; los «pontificios consejos» y demás organismos menores de la Curia no son solamente una línea más en la organización de esa pesada maquinaria, son también semilleros de pensamientos, intercambios de ideas, etc.
Lamentablemente, al gran público -sobre todo a los que no estamos físicamente conectados con Roma- sólo nos llegan los ecos de esos encuentros muy de tarde en tarde, y a veces de manera completamente colateral: es realmente difícil, si no imposible, acceder, por ejemplo, a las actas de las ponencias de tal o cual congreso.
Sucedió que leí en Aciprensa un resumen de un pequeño encuentro del Pontificio Consejo para la Familia que tuvo lugar hace unos días en Roma, los días 15 y 16 de noviembre, titulado "Convenio interdisciplinar sobre la crisis de la alianza ente generaciones".
Toda la noticia de AciPrensa da cierta risa (o rabia, según se mire), ya desde el título: «Autoridad vaticana: Los adultos varones de hoy están faltando a su cita como padres». La «autoridad vaticana» de la que habla es Mons. Vicente Paglia, presidente de dicho organismo, quien en su ponencia/presentación del tema habla, efectivamente, de que «la incomodidad de los jóvenes de hoy no está causada por una excesiva presencia del padre, de la autoridad de los padres, como sucedía hasta hace algunos años sino, por el contrario, por la ausencia, en particular la evaporación o el ocaso del padre.»
No sé si AciPrensa ha tenido acceso a las actas directamente; sospecho que, por las frases que citan y comentan en la noticia, han tenido acceso a la misma página que yo, es decir, al resumen del encuentro realizado en la web del Pontificio Consejo para la Familia. Yo no he encontrado allí la referencia a los adultos varones. El párrafo más parecido es el que cité, donde si bien hay un especial énfasis en el rol del progenitor varón, lo que dice también tiene que ver con la madre. Así que lo de "adultos varones" está llanamente inventado. Por otra parte, es bastante curioso titular la noticia con "Autoridad vaticana [dice/advierte/etc]...", porque aquí no está en función de "autoridad vaticana" sino como Mons. Paglia, miembro de una reunión donde opinarán distintos especialistas (incluso físicamente, en la foto, Mons. Paglia no ocupa ningún sitio especial de autoridad respecto de los otros tres ponentes). El título de la noticia impresiona, pero es simplemente falso.


Lo que a mí me hizo saltar la alarma y me llevó a buscar la fuente, fue que en la noticia de AciPrensa se dice que «la historiadora Margarita Pelaja lamentó que ha tenido lugar un “cambio de los roles paternales y la familia se ha transformado”.»... y qué quieren que les diga, es muy raro eso de "lamentó". No porque no pueda ser lamentable, sino porque el contexto de este tipo de congresos no es el de una tertulia televisiva, donde uno puede lamentarse de lo mal que va el mundo, suelen ser ponencias, llamémosle así, "en positivo", de análisis, eventualmente de diagnóstico, no de endecha.
Buscando lo que dijo la historiadora me encontré con el párrafo dedicado a ella en el resumen, y que dice:
«La historiadora Margarita Pelaja ha reconstruido el recorrido de las relaciones familiares. Fue el derecho romano quien fundió jurídicamente el matrimonio como institución. Pero, "la primera gran transformación la hizo el Cristianismo, que introdujo tres elementos constitutivos: 'sexo, publicidad, indisolubilidad'". Durante muchos siglos "las relaciones entre padres e hijos han sido gobernadas por las leyes del padre". El pater familias tenía "el poder absoluto, de vida y de muerte", sobre todos los miembros de la familia, y "hasta el Cristianismo no había ninguna consideración hacia la infancia". E incluso "durante toda la edad medieval y moderna, la educación y la socialización de los niños y de los adolescentes no eran tareas reservadas a los padres naturales". De hecho, "las mujeres, esposas antes que madres, en la representación social y en la percepción de los vínculos familiares, confiaban los recién nacidos a criadas y siervas". El cambio de civilización tiene lugar en el siglo dieciocho: se reconoce "la función insustituible del cuidado materno en las características del niño", y se establece una nueva relación entre madre e hijo. "También en la experiencia emotiva y real de los hijos, el vínculo con los padres ha conquistado una nueva visibilidad y una nueva duración: no se rompe ni se diluye con la edad adulta y con la formación de un nuevo núcleo familiar, al contrario, invierte el sentido, redistribuye la responsabilidad de cuidado". Hoy, "se deja de ser hijos más tarde, con frecuencia cuando se es no sólo padres, sino abuelos". La familia se ha convertido, así, "en el espacio especializado de la afectividad". Pero "en este paso algo se ha perdido". Ha tenido lugar un "cambio de los roles paternales y la familia se ha transformado".»
Lo cito por entero porque es un interesante resumen del tema de la familia, y porque además la cita contiene frases literales de la historiadora, y otras que no lo son. Pero de lamento, nada. Señaló, como es lógico, que en la transformación de los roles de la familia "algo se ha perdido", pero eso no implica el aislado y enfatizado lamento que dice AciPrensa, más bien parece valorar la cuestión en positivo al afirmar que las condiciones actuales de la familia la convierten en «el espacio especializado de la afectividad». Hubiera sido interesante que AciPrensa y los suyos, que tanto insisten en los roles "tradicionales" de la familia, citaran que la historiadora asigna parte de esos antiguos y afamados roles no más al siglo XVIII... Pero en suma, ¿dónde está el lamento? en ninguna parte, en Aciprensa, que atribuye y distribuye a sus lectores (muchos más que los que accedemos a la fuente) una supuesta mirada vaticana sobre la familia, dotada de autoridad, pero que no tiene más autoridad que la de la lectura sesgada que ha hecho ese web, y que termina consolidando lo que muchos creen que dice el Vaticano: que todo el mundo contemporáneo está muy mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario