lunes, 23 de septiembre de 2013

Un caso de cínico clericalismo

No voy a contar las circunstancias particulares (es decir, sitio, autor, etc), porque me parecen sencillamente asquerosas; me limitaré a la anécdota en general, sin pistas sobre el sitio donde ocurrieron:
Tengo buena memoria para algunas cosas, y estaba buscando por Google una frase de la historia de la Iglesia, y me saltan muchos sitios, pero sólo una la traía literalmente; naturalmente me pongo a leer, pero la redacción "me sonaba"; puesto que no soy habitué de ese sitio, no podía ser de allí mismo. El propio estilo del autor me gustaba mucho, me resultaba familiar... pero la gota la colmó cuando leo en los comentarios que sus lectores habituales se extrañaban (negativamente) de lo "abierto" de su pensamiento.
Me puse a buscar en mis pdf de historia de la Iglesia frases literales, con la ligera sospecha de dónde estaba la fuente, y efectivamente, era la reproducción literal de un capítulo entero de un estupendo historiador, cuya obra está lamentablemente agotada en español.
Me cercioré bien de que se trataba de plagio, busqué a ver si el articulista (sacerdote, autor de varios libros, Dios nos guarde de ellos!) había mencionado la fuente, había entrecomillado o aclarado que se trataba de una cita (todo el artículo!) o algo así, pero nada: allí estaba el texto, copiado literalmente, hasta con un error de tipeo de la edición castellana original, sólo corregido en tres partecitas que ideológicamente eran excesivamente "modernas"; googleé la introducción del artículo, y resultó que venía también casi literalmente de otro sitio: no me quedó duda, estaba ante un plagiario consumado.
Entonces le envié un mensaje al autor en los comentarios (moderados) de su artículo, indicándole el plagio, y las referencias bibliográficas completas de la fuente. ¿Qué me esperaba con esto? desde luego, no que publicara el comentario, pero sí que retirara el artículo de línea. Ni una cosa ni la otra: borró el comentario y dejó el artículo en línea.
Le escribí entonces al director del medio, y le envié el texto a dos columnas, comparados, el original y su plagio: simplemente no quedaba ninguna clase de dudas. Me respondió en seguida que averiguaría el caso, y poco más tarde me escribió muy correctamente que efectivamente se trataba de plagio, y que el artículo ya había sido retirado de línea, lo que pude comprobar, así como la explicación que le dio el sacerdote.
Pero aquí lo que me dejó con la boca abierta y que motiva el título de este post: la explicación del sacerdote al director de su medio es que "el artículo se lo pasó un seglar, y él no lo verificó".
A ver si entiendo: él dice que firmó con nombre propio un artículo que desde el principio no era suyo (eso ya hubiera sido apropiación indebida de la tarea del fantasmagórico seglar que lo escribió), pero cuando se descubre que es un artículo delictivo y mentiroso, resulta que el autor era un seglar? ¿y alguien puede creerse eso? Obviamente, "un seglar" es algo muy genérico, nos empasta a todos, que igual servimos para poco.
Comprendo que el Vaticano II revalorizó el papel de los laicos, pero no creo que se refiriera a eso... ¡cuánto clericalismo barato queda por limpiar!

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